El Significado del Infinito.
Hace 3 años que duermo en la calle. ¿Qué paso? Lo típico: Drogas, mujeres, apuestas. Ya en este momento no pienso en eso, pues he aprendido a disfrutar de mis actuales circunstancias.
Y es que en esta vida de vagabundo, uno siempre conoce los personajes más interesantes.
Como Luis.
A Luis lo conocí un día cuando llego a dormir bajo el techo exterior del mismo supermercado que yo. Yo estaba fumando un cigarro, y él llegó con un pequeño bolso, la cara sucia y llena de lágrimas a acurrucarse en la esquina, como un perro desamparado o como alguien que quiere estar nuevamente en el vientre de su madre.
En los dos primeros meses, nunca hablamos. Sin embargo, yo podía notar que Luis estaba haciendo lo mejor posible para retomar lo que los ricos llaman "la vida normal", esa vida en la que es común bañarse y comer todos los días.
Sin embargo, creo que el pobre hombre nunca tuvo éxito.
Y mientras más el tiempo pasaba, la condición de esta alma desconocida iba empeorando.
Nuestra primera interacción fue una noche cuando, mientras yo estaba intentando dormir e ignorar las luces del estacionamiento, Luis, de la nada, dijo:
"Yo duermo en la calle porque quiero. Realmente yo tengo una cama en casa de mi familia, pero ellos son detestables y prefiero estar aquí donde nadie me molesta."
Recuerdo que solté una pequeña risa. Me preocupé un poco que Luis la escuchara, pues cada vagabundo es diferente y no sabía si me atacaría con un cuchillo o simplemente compartiría un poco de whisky barato conmigo.
Sin embargo, luego de decir eso, empezó a roncar.
Recuerdo que, por curiosidad, fui a inspeccionar por un momento a Luis, pues hasta ese momento nunca había detallado su presencia: creía (o sabía) que era otro loco más del montón.
Note que Luis abrazaba a un peluche viejo y sucio, como si su vida dependiera de ello.
Y cuando pretendía regresar a mi sitio, resbale y caí sobre los carritos de compra, haciendo mucho ruido y despertando a Luis en el proceso.
Luis despertó exaltado. Yo pedí disculpas por las molestias ocasionadas, pero él pareció ignorar mis palabras. Él empezó a observar su alrededor con curiosidad. Y como si estuviera aún soñando y contemplando la existencia desde su propia mente, empezó a discernir sobre el infinito, el propósito de la vida y lo maldita de las circunstancias que nos tocó vivir en este nuestro universo.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Qué es el infinito?
Nuestro universo es tan, pero tan grande, que existen planetas a millones de años luz donde nuestra vida y cada momento de la historia ha sucedido de manera exactamente igual.
Otros imbéciles en otros planetas han cometido nuestros mismos errores.
Otros con suerte continúan teniendo una vida burguesa, falsa pero tranquila.
Mientras que otros siguen buscando un propósito superior que de sentido a su vida.
Sentido.
¿Qué palabra tan pretenciosa, no?
Creer que estamos aquí por una razón.
Creer que nosotros, hormigas insignificantes y diminutas, tenemos un rol que cumplir en un universo tan infinito que aún hoy siguen apareciendo nuevos mundos.
Como cualquier animal "inconsciente", vivimos por mera casualidad y nos motiva el placer para seguir subsistiendo.
Buscamos satisfacer nuestro cuerpo con la mejor comida, sexo (con suerte) y todas esas necesidades que hacen vibrar de satisfacción lo más salvaje de nuestro cuerpo.
Sin embargo, en esta falta de sentido de nuestra existencia, solo podemos limitarnos a ser felices.
Pero para el humano, ser feliz parece ser más complicado que para una bestia.
Pues parece que los sentimientos y la necesidad de amor motivan nuestras acciones más allá de los simples deseos carnales.
Básicamente, somos los únicos animales a los cuales un beso y un abrazo pueden ser suficientes para dar paz a un corazón que vive perturbado precisamente por esa necesidad de sentirse amado.
Y hacemos lo que sea por conseguirlo.
Buscamos mejores trabajos para tener el respeto de otros y aumentar así nuestras chances de ser amados.
Nos vestimos mejor para poder conocer una chica una noche en un club y, con suerte, ser lo más animales posible en privado.
Sin embargo, nos diferencia de los animales lo que pasa después del orgasmo.
Y es que, la mayoría, sentimos un innecesario deseo de dormir abrazados a esa misma persona.
Como si de un refugio se tratase.
Como si después de dar rienda suelta a lo más salvaje de nuestra persona, lo más vulnerable de nuestro ser también se revelará como natural.
Para nosotros, lamentablemente, es una necesidad amar y ser amado.
Y para los desgraciados como yo que estamos solos, no podemos sino pensar en esos momentos donde logramos cubrir esta necesidad de amor, y por algún error hoy estamos solos, sin esperanzas de satisfacer de nuevo esta necesidad que nos hace tan humanos.
Y yo fui amado tantas veces.
Y aquí es donde el concepto del infinito es tan importante para alguien como yo.
- Hace 12 años, conocí a Francheska. Fue una relación hermosa de 4 años. Exploramos Europa juntos, empezamos una empresa de ropa y comenzamos a construir una casa para nuestro futuro. Sin embargo, un día, de repente, me dijo que estaba cansada y quería estar sola, y se marchó de mi vida. Días después la vi tomada de la mano con otro chico, alguien quien, objetivamente, era más guapo que yo. Estoy seguro de que mi yo de otro universo sería el más guapo de ese mundo. Y estoy seguro de que esa persona, aun siendo la más hermosa del mundo, seguiría amando con todo su corazón a la Francheska de ese universo, y juntos habrían creado la más hermosa historia romántica.
- Hace 7 años, conocí a Vanessa. En ese momento solo deambulaba por el mundo, haciendo dinero con mi trabajo para subsistir, pero también para mejorar mi apariencia y lograr el cariño de otra persona. Vanessa y yo empezamos a salir después de conocernos en la oficina. Todo iba bien, hasta que esta inseguridad mía de ser abandonado de nuevo saco mi peor versión y me hizo perder a mi amor de ojos azules, de pocas palabras pero de bellos sentimientos. Estoy seguro de que en otro universo pude mantener bajo control mis demonios, y en la actualidad mi yo de ese universo hoy siente su corazón en calma.
- Y hace 4 años que empecé la vida de fiesta. De sexo casual con una persona diferente cada noche. Y entre la bebida y las drogas, lo que me daba vida eran los besos de alguna chica de mente perdida en el exceso de químicos y problemas de depresión. En otros universos, cada una de esas chicas y yo encontramos la tranquilidad que tanto buscamos en el amor verdadero, con una familia, hijos y todas esas cosas pretenciosas que esos malditos que tanto envidio tienen en su día a día.
Pensar que mi yo de otros universos es feliz y que en su corazón da y recibe tanto amor como puede me da un poco de alivio.
El infinito significa que, quizás (o seguramente) yo soy feliz en otra dimensión.
Mi yo de otros universos entiende que la vida no tiene propósito.
Y que en ese despropósito, la única cosa que puede aliviar esa incertidumbre es el amor.
Y si yo estoy en estas putas condiciones es porque llegue hasta lo último en la búsqueda de amor.
Pero cada decisión que tomé me alejo más de lo único que da un poco de sentido a nuestra existencia.
¿Qué es el infinito?
Para este pobre bastardo que hoy está alucinando aquí en las calles usando periódico como cobija, el infinito es la posibilidad de que en otros universos alguien me quiera.
Pero aquí estoy, como una rata buscando en la basura que comer. Y aun sin saber que comer, sueño con el amor como algo posible.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Como Luis, en el camino conocí decenas de vagabundos.
Personas que no habían comido desde hace días, pero que en sus alucinaciones siempre hablaban de que algún día tendrían una mansión, una empresa exitosa y reconocimiento del mundo entero.
- Marcos, el loco que siempre tenía una maleta en la mano, decía que él crearía un programa espacial para colonizar otros planetas.
- Sara, la vieja de pelo morado, siempre comentaba que ella empezaría mañana a buscar trabajo y que un millonario se enamoraría de ella en el proceso y la llevaría de viaje a Italia.
- Ernesto, el viejo flaco y maloliente que siempre terminaba en la policía, soñaba con comenzar una revolución en el mundo, acabar con las fronteras, terminar con el hambre y lograr la paz mundial.
Comentarios
Publicar un comentario