Dios No Tiene Proposito

Dios No Tiene Propósito

Y así acaba el universo. Vi millones de seres llorando y sufriendo al hacerlo. Pues decidí darle un fin dramático a la historia, encendiendo todo en llamas. Me aburri de la historia de casi 2 billones de años que creé un día cuando, aburrido, decidí crear "vida". En este proceso, dos tipos de seres aparecieron en diferentes formas:

• Por una parte, diseñe criaturas salvajes cuyo único propósito era sobrevivir. 

• Por otro lado, seres con "conciencia" que tuvieron la idea de que eran importantes en el desarrollo de la historia. Seres que al evolucionar fueron tan pretenciosos para pensar que tenían un propósito mayor. Incluso llegaron a creer que la supervivencia era, cuando menos, el propósito más grande. Y la verdad es que, si yo lo pudiera decidir, habría desaparecido desde el comienzo de mi existencia, que no recuerdo cuándo fue y ni me importaría saber.

Me quiero enfocar en los segundos seres. Pues algunos de ellos llegaron a alabarme, pensando que los cree. Algunos de ellos pensaron que hacer actos como ir a un templo, sacrificar un animal o matarse unos a otros era lo que yo hubiera querido para garantizarles un espacio a mi lado en un supuesto paraíso. 

Si supieran el "infierno" en que vivo.

Yo vivo en el vacío. Lo que existe, existe porque yo así lo decido.

Y si creara un ser semejante a mí, por alguna maldita razón yo sería más poderoso y no tendría compañía aquí.

"Dios me creó a su imagen y semejanza" dicen algunos de los que me admiran en algunos planetas. Quizás supongo que en algún momento tuve las mismas cualidades que alguna especie diminuta e insignificante de las que tanto admiro. Y poco a poco descubrí de lo que era capaz, hasta que fui capaz de tanto que ya no era incapaz de nada.

Pero nunca morí.

No recuerdo de dónde surgió esa idea de la muerte como el fin de las cosas. Sin embargo, cuando concebí esta idea de desaparecer para mis creaciones, se convirtió en una fantasía para mi.

Pues siempre he querido desaparecer, pero ese es el único poder que no tengo.

He creado tantos universos. En un principio, me sentía feliz por la creatividad con que podía imaginar nuevas formas de vida. Las ideas que venían a mi cabeza eran tantas que decidí crear no solo un universo a la vez, sino que, mientras mas y mas ideas tenia, mas y mas universos creaba. En el comienzo solo creaba un mundo a la vez, pero mi mente imprimía ideas como si no hubiera mañana. 

He creado infinitas especies diferentes. En cada mundo, hay seres tan diferentes que, si yo viviera como humano (por ejemplo), no sería capaz de concebir las especies que viven a millones de años luz de su planeta.

Y quiero usar a los humanos como ejemplo.

Como los humanos, hay infinitas especies en infinitos universos. Para retratar lo insignificante de la vida, usemos a Horacio como ejemplo.

Horacio es un señor que tiene 56 años. Horacio tuvo una vida muy "interesante" para los estándares humanos. Horacio ha pasado por 3 divorcios, ha quebrado 3 empresas y ha abandonado a sus 3 hijos. Me parece graciosa la coincidencia del 3, solo por eso yo diseñé este destino para él. Sin embargo, Horacio me alaba, pues cree que mi perdón es la única forma de entrar al cielo. Siendo Dios, a veces, dejo de tomar el control de su vida y permitir que el continúe por su cuenta, solo para ver que hace. Y después de que deje de tomar el control de su vida, empezó a alabar, pues viendo atrás, pensó que había sido una mierda de persona. Y quería mi perdón. Horacio, mi amigo, nada tiene sentido hombre. Si quieres te subo a mi lado un momento para veas lo miserable que es mi existencia. 

Horacio, decidí, iba a morir de viejo, habiendo ganado el perdón de todos, pues el así tendría la esperanza de estar conmigo. Pues Horacio subió a los cielos y me acompañó unos años. La mayoría de seres no tienen "alma" pero cuando quito el control que tengo sobre ellos la adquieren, y así pueden controlar su destino sin mi ayuda. Y quizás así quisiera vivir yo mismo. Con alma. Y el alma no es más que la consciencia de que todo va a terminar. Y en ocasiones, esta les obliga a algunos seres a sentir más profundamente. Algunos aprovechan esto y quieren mi perdón. Otros dedican sus vidas a "amar", pues creen que así crean un mundo mejor.

Es una bonita ilusión que quizás hasta envidio un poco de los humanos.

Pero ahora quiero hablar del que creo es el ser humano que más empatizo, si es que puedo sentir algún tipo de empatía.

Su nombre es Anderson.

Anderson tiene 32 años. Tuvo una vida bastante complicada para los estándares humanos.

Vivo en un país en guerra. Se escapó de allí con su abuela a los 12 años. Sus padres murieron cuando unos soldados invadieron su ciudad y asesinaron sin piedad a todos los presentes. Anderson tenía 10 años en ese momento.

Después de muchas tribulaciones, llegó a un país rico y pacifico. Con los años estudió y se trató de adaptar a la cultura, pero siempre se sentía como un bicho raro entre tanta perfección.

Durante sus estudios universitarios y su carrera profesional, conoció el amor. O mejor dicho, los amores. Después de la guerra y conseguir la estabilidad en una nueva patria, empezó a preocuparse por problemas más burgueses como los sentimientos.

Sin embargo, aquí encontró otras desdichas que, aunque parecían menores, las sentía profundamente. El tubo 4 historias de amor:

• Maria, su primera relación de 4 años y con la que estuvo a punto de casarse, terminó después de que ella le fue infiel dos veces.

• Mariana, una relación de 9 meses que él comenzó solo porque estaba caliente. Ella estaba loca, pero él seguía con ella hasta que descubrió confianza en sí mismo para intentar con otras mujeres. Nunca fue infiel, pero terminó la relación tan pronto supo de lo que era capaz en el mundo del romance.

• Después, tuvo su primera experiencia con una chica de un país más privilegiado. Era Margarina, una chica que resultaba exótica para alguien que viene de un país tan estricto culturalmente como el de Anderson. Con ella descubrió que el mundo privilegiado tiene una idea tan diferente del amor, que no era compatible con sus valores. 2 meses duró esa relación, pero es la más intensa que ha tenido, según él creía.

• Finalmente, tuvo su relación más larga. Lucerna, con quien duró 7 años. Viajaron por el mundo, crearon mil historias juntos y fueron felices hasta que un día, Lucerna le propone abrir la relación para mantener la llama viva. Después de 2 años con este trato, Anderson no vio el punto de continuar.

Anderson no terminó esta última relación, al menos no formalmente. Con Anderson pasó algo interesante. El día que decidió retirar el control y otorgarle un alma, decidió desaparecer. Un día cualquiera, decidió escapar. Sólo tomó lo necesario de su hogar, y se fue sin destino.

Anderson, de repente, no sentía nada por nadie. Solo frustración y dolor.

Porque después de haber vivido los dolores de la guerra, creía que su vida tendría un propósito mayor en el mundo privilegiado. Pero despues de tantos placeres, todo parecia temporal, y despues del sexo casual o luego de comer el mejor pastel en la esquina, en su alma quedaba un vacio, pues parece que nada satisfacia su deseo por sentirse vivo.

Porque después de haber amado tanto, entendió que esa idea del "alma gemela" solo estaba en los cuentos de hada, y que realmente todos somos temporales no solo en este mundo, sino también en la vida de los otros.

Porque después de haber vivido tanto, entendió que la vida no tiene sentido.

Sin embargo, Anderson siguió viviendo unos años más. Ni él mismo sabe porque no acabó con su vida. Solo iba buscando placer tras placer, para explotar al máximo las sensaciones humanas que hacen que el cuerpo se sienta vivo.

Pero mientras el cuerpo vivía, el alma de Anderson no podía dejar de sentir ese vacío, esa insignificancia que yo mismo siento ahora.

La diferencia entre Anderson y yo, es que Anderson puede morir y yo no, por mas que he tratado.

Sin embargo, Anderson siente exactamente el mismo sentido de insignificancia que yo. Pues por más cosas que hemos experimentado, por más vidas que hemos vivido, y por más ideas que hemos pensado, la conclusión llegó a ser la misma: No tenemos propósito.

Y en algunos universos creen que el amor es lo que yo quiero. En un momento se sentía bien, pues entre mis tantas locas ideas el "amor" parecía algo hermoso que daba sentido a la existencia.

Pero en algunos universos, el amor acaba y la destrucción comienza. A veces yo no he hecho nada para destruir planetas y universos. Es la propia fuerza de su caos lo que ha causado guerras. Y así, se autodestruyen.

Y si, yo tengo el control. Pero si el caos parece ser un resultado posible, y la muerte puede ser causada de manera intencional ¿No debería ser posible para mí mismo vivir también ese miedo al fin y experimentarlo por mí mismo? Amar, odiar, sentir, todos estos sentimientos están condicionados por la idea del "fin". Y el fin hace entender a los humanos (por ejemplo) que deben explotar al máximo su tiempo en el universo, pues este es finito y exacerba aún más la idea de querer dar todo por el ser amado o eliminar cualquier amenaza para vivir una vida plena y sin problemas.

Por supuesto, también diseñe algunos humanos (por ejemplo) como vacas preparándose para el matadero, robots que nunca se cuestionan nada y que se parecen a las vacas que van al matadero. Sin embargo, este tipo de humanos deberían ser la envidia de aquellos con consciencia.

Pues algunos de los que tienen consciencia llegan al mismo punto al que llegó Anderson. Han tenido esa "revelación" o "nirvana" de la que algunos "espirituales" tanto hablan. Esos "espirituales" pretenciosos que nunca en su vida han tenido la verdadera revelación que hay que tener en vida. La revelación que yo mismo como Dios experimente un día, y que me tiene en este estado de aburrimiento y hartazgo en el que hoy me encuentro.

La revelación de que nada de esto tiene sentido.

Nada.

Existimos porque existimos. Yo mismo no recuerdo cuando empecé a existir. 

La única diferencia entre ese pequeño grupo de humanos (por ejemplo) y yo, es que los humanos tienen conciencia de un comienzo o un fin. Yo nunca tendré eso, lamentablemente.

Sin embargo, algunos, como Anderson, tienen consciencia de mi existencia, pero saben que ni ellos ni yo tenemos un propósito en nuestra vida. Ellos existen por la mera casualidad de mi creación, pero a mi no me importa su destino, solo a veces para mi entretenimiento. Y este selecto grupo de humanos lo sabe. 

Yo existo solo por la casualidad de las casualidades. No tengo principio ni fin. Algunos piensan en mí como un programa informático, otros como un ser de luz o un ángel y algunos otros solo me ven tan humano como ellos.

Sin embargo, Anderson y los que han tenido la revelación, saben que mi forma o mi proyecto no importa. Y ¿Por qué no importa? Porque la única verdad es el vacío. Ni yo, el ser más poderoso de los universos, ni los humanos (por ejemplo) están aquí para hacer algo o para alcanzar el cielo. Estamos porque estamos, somos porque somos. 

Este universo de 2 billones de años ha desaparecido. Quizás en otros 10 millones de años inventé infinitos nuevos universos. Quizás cree otras especies similares a los humanos en algunos planetas. Pero la verdad sigue siendo la misma: La nada es lo único constante.

Sin embargo, en solo uno de esos planetas con humanos (por ejemplo) dejare un mensaje importante en la mente de todos, pues desde mi envidia quiero que sepan esto:

"Hola, soy Dios, como me llaman en algunos universos. Aquí donde estoy no hay fin, pues no conozco tal concepto más que como una invención propia para acabar y finalizar novelas que me entretengan un rato. ¡Ay amigos! Si supieran lo bendecidos que están por tener la muerte con ustedes. Pues yo aquí, desde lo que ustedes llaman "el paraíso" no siento nada tan intenso como ustedes. El único sentimiento fuerte que tengo en mi es el deseo de que todo acabe.

Vivan como si no hubiese mañana. Amen, besen, hablen, creen. Existan hasta que no puedan más. Porque cuando todo es posible como lo es para mi, nada es emocionante otra vez. Tu, Maria, dile al niño popular de la escuela que lo amas. Tu, Jose, dile a tu jefe que es una mierda e incendió las oficinas. Tu, Josue, no dejes de entrenar hasta que seas el mejor peleador de todos los universos.

Vivan. Hagan. Sientan. Los envidio amigos, pues para ustedes, hacer estas cosas puede significar el fin de sus sentimientos, el comienzo de otra historia o el final de sus vidas. ¡Vivan! Porque yo que he vivido tanto estoy cansado de vivir."

Y haciendo esta carta estoy envidiando mucho más a los humanos (por ejemplo) del futuro. Pues incluso después de la revelación en la que nada tiene sentido, algunos encontrarán un propósito en sus vidas. Amar, besar, hablar y creer tanto como sea posible. Pues ellos saben que, aunque la vida no tiene sentido, pueden vivirla tanto como puedan sin temor a ser castigados o desaparecidos.

Porque lo único real es el presente, para ellos.

Para mi, lo único real es el infinito. Como Dios, no puedo estar física o mentalmente cansado. Sin embargo, de alguna manera, estoy cansado.

Y así las cosas, nada tiene sentido. Ni para los humanos (por ejemplo) ni mucho menos para mi. Que estoy aquí "arriba" como dicen ellos, siendo un mero espectador de personas como Anderson: que son conscientes de la muerte, de la falta de propósito de su existencia y que aun así deciden vivir hasta más no poder, pues no tienen otro camino más que aprovechar el tiempo que tienen en su mundo.

Para mi, como Dios, el único "pecado" es cuando un humano decide terminar con su existencia. La muerte es también mi tarea.

Y si, se que suena hipócrita. Pero si yo tuviera la idea del fin en mi mente como la tienen ellos, vivieron con emoción hasta el más pequeño acontecimiento de mi vida. 

Aquí, en el infinito, nada me parece interesante.

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Anderson despertó en un hotel que tenía solo 2 estrellas de 5 en la aplicación de su teléfono despues de estar drogado 3 dias con una nueva sustancia sintetica. Era su cumpleaños 33, pero desde que desapareció nadie celebra con el. Anderson vive como lo que es: solo una hormiga más en este universo. 

Ahorró un poco de dinero para comer tortilla española (su plato favorito) e ir a un bar para, con suerte, bailar y conocer una chica con la que pudiera dormir esta noche.

Anderson hace rato aceptó la idea del vacío y la insignificancia. Y desde entonces, es más feliz.

Porque él es el artista y la vida es su lienzo.

Porque puede hacer en esta vida lo que quiera. Al final, nada tiene sentido.

Porque el es consciente de que quizas, en algunos segundos, todo puede estar en llamas.